Gastada por el uso, la palabra versátil es sin embargo muy propicia para dejarla pesar en el caso del escritor argentino radicado en Berlín, Ariel Magnus. Su trabajo se mueve con la misma gracia entre piezas extraordinarias como la apoteótica biografía de Juan Filloy, Un atleta de las letras, novelas premiadas como Un chino en bicicleta o experimentos singulares que se pivotean entre la filosofía y literatura, como Uriel y Baruch, publicado por Interzona.

A lo largo de su trayectoria, Magnus también escribió sobre aborto, vasectomía, disidencias sexuales y otros temas que forman parte de la agenda de género, aunque manteniéndose lejos de lo panfletario. En esta línea, y esta vez por Vinilo Editora, se cuenta el nuevo Heavy, un libro escrito “a cuatro manos” junto a una mujer que prefiere usar el seudónimo Agustina Schuster para hablar de abusos familiares en clave políticamente incorrecta. 

¿Podrías adelantarme algo del nuevo libro que edita Vinilo?

Es un libro escrito a cuatro manos con Agustina Schuster, el seudónimo de la mujer que me propuso contar su historia. Una historia heavy, como anuncia el título del libro, de violencia y abuso intrafamiliar, que ya empezó con la violación de la madre, que denunció el hecho y, aunque consiguió justicia, fue prácticamente expulsada de su familia. Agustina, por su parte, nunca denunció los abusos que sufrió. Y aunque admira a las mujeres que sí lo hicieron, defiende la posición políticamente incorrecta, digamos, de elegir el camino de alejarse del mal y reencauzar su vida por otras vías de sanación. En su caso, el psicoanálisis y el humor. Esto último es lo que me decidió a escribir el libro con ella. Las cosas que cuenta son terribles, pero lo hace con un humor negro que, por un lado, te permite digerirlas y, por el otro, te muestra que es una herramienta invalorable a la hora de elaborar el pasado, aun el más cruento.

¿Elegir un varón para contarlo no es incorrecto también?

¡Totalmente! Y es algo con lo que también la confrontó en el libro. Igual me parece un movimiento genial y que para mí fue un desafío. Aproveché la movida para poner otras voces masculinas, la de su primer novio y la del novio actual. No creo que abunden los libros sobre abusos de mujeres donde hablen también hombres. Como sea, no creer que por haber tenido un padre de mierda y un hermano asqueroso todos los hombres son una mierda es lo que a Agustina le permitió recomponer su vida de mujer heterosexual. Eso no significa que no le hayan quedado traumas al respecto, solo que aprendió a manejarlos como para que el pasado no le imponga cómo debe vivir el presente. Y para no verse obligada a revivir durante años o décadas vivencias espantosas por el afán de buscar una justicia que no la compensa por lo que sufrió y de la que, además, desconfía bastante. 

No es un libro sacado de contexto dentro de tu obra…

No. Primero porque se relaciona con el que escribí sobre o con mi abuela, que también sobrevivió al infierno, en su caso el de Auschwitz, y no sin ayuda del humor. Y porque los temas, digamos, feministas siempre me interesaron. Desde Sandra, que es sobre una lesbiana, hasta El aborto, que escribí mucho antes de que el tema se pusiera de moda, y La vasectomía, donde la mirada feminista sobre el sexo juega un rol importante. Últimamente estuve probando cosas que ya calificaría de border.

¿En qué sentido?

Escribí por ejemplo un libro sobre un tipo desesperado por que lo cancelen [risas]. Décadas después de los sucesos, como les pasa a las víctimas a veces, este victimario siente la necesidad de confesarlo todo y de sufrir el castigo que se merece, pero la víctima no lo denuncia. Es una inversión de las circunstancias que no sé al final para qué lado tira, pero tampoco me dejo frenar por eso. Si la idea me parece buena y da pie para pensar y reírse, la sigo a fondo.

¿Y tenés más cosas inéditas que giran en torno a temas feministas?

Tengo otra novela inédita sobre unas monjas asesinas basada en los escritos de Valerie Solanas y otras de las así llamadas feminazis. En general, los escritos feministas que más me gustan son los de las más radicales, que hablan de aniquilar a los hombres y esas cosas. No solo estoy de acuerdo (en teoría, más vale que si vienen a por mí, me voy a defender) sino que me resultan los más productivos. Creo que en el fondo lo que me fascina es la radicalidad, porque también me seduce el caso contrario de una Ester Vilar.

Sigue viva y en Alemania. ¡Como vos! 

¡Sí! Este año cumple 90. Vive en Múnich, estoy tratando de contactarla. Acá en Alemania es famosa su discusión televisada con Alice Schwarzer, en la que Schwarzer no logra doblegarla. Pero ninguna feminista pudo y eso me causa bastante admiración. Además, Vilar tiene muchos libros más que el que la hizo famosa, entre ellos novelas y obras de teatro que no están traducidos y son muy interesantes. Una de sus novelas ocurre en Argentina, que es donde nació y estudió, cosa que no me parece nada irrelevante. Yo no estoy de acuerdo con sus teorías, pero me seduce su misantropía y la rigurosidad de su pensamiento, no solo en ese libro sino a lo largo de toda su obra. Es una mujer que a su modo se adelantó a tendencias actuales anti-woke y me gustaría saber cómo ve este desarrollo. 

¿Te parece que faltan voces masculinas hablando de temas feministas?

No sé si faltan, ni si hacen falta. No creo mucho en los hombres feministas o que se las dan de feministas. Lo que sí me pasa, y no creo que sea el único, es que son temas que me interesan, aun desde la perspectiva de un varón. El abuso, aunque lo sufran las mujeres, nos interpela también a los varones, me parece, aunque más no sea desde la vergüenza y la impotencia. Básicamente todos los temas que le importan a las mujeres deberían importarnos a nosotros también, formamos entre todes -¡lo usé!- [risas] una sola sociedad.

Nancy Giampaolo es periodista, guionista y docente. Colabora en medios gráficos y es columnista del suplemento cultural del Diario Perfil. Publicó Género y política en tiempos de globalismo (Nomos), Radiografía de la corrección política (Casagrande) y Feminismos, liberación o dependencia (GES). Co escribió el guión de la comedia Caida del cielo y, entre 2005 y 2013 hizo guiones periodísticos en la Televisión Pública. Desde 2021 lleva adelante El Lado C, un ciclo de entrevistas con Diego Capusotto en teatros de Argentina y otros países hispano parlantes.  


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